29.06.2023 01.09.2023

Loh te linvel

Se encinta el suelo y con el primer agachar se hace formal ya el impulso, se coordina la fatiga, haciendo más evidente el consumo del cuerpo en una estructura predeterminada. Al suelo de nuevo, esta vez desde el posar, deslizar, escurrir o pisar; como flexa un tobillo, gira el brazo, presiona la mano, se dobla la espalda. Han quedado secuestrados una serie de materiales. Una frenada interrumpe su recorrido cotidiano. Parada en seco y descompresión; loh te linvel desde la potencia de lo que podría no llegar a ser. Al relacionar materiales, formas y procesos, a través de escalas sin conversión directa, estas esculturas sostienen manifestaciones desestructuradas de deseo.